El fin del mundo llegará cuando las buenas noticias del reino de Dios sean anunciadas en toda la tierra, y todo el mundo las haya escuchado. Una señal para huir
En un abrir y cerrar de ojos, cuando Cristo vuelva, se oirá el último toque de la trompeta, y los muertos volverán a vivir y no morirán jamás. Nosotros, los que creemos en Cristo y todavía estemos vivos, seremos transformados.
Las dificultades que tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa.
Seguían el mal ejemplo de la gente de este mundo. Obedecían al poderoso espíritu en los aires que gobierna sobre los malos espíritus y domina a las personas que desobedecen a Dios.
Porque no luchamos contra gente como nosotros, sino contra espíritus malvados que actúan en el cielo. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo actual.