Entonces sacaron de allí a Jesús, y lo llevaron a lo alto de la colina donde estaba el pueblo, pues querían arrojarlo por el precipicio.
Al oír eso, los que estaban en la sinagoga se enojaron muchísimo.
'Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero quieren matarme porque no aceptan mis enseñanzas.
Pero yo les he dicho la verdad que he escuchado de Dios, y ustedes quieren matarme. ¡Abraham nunca hizo algo así!
Entonces aquellos judíos quisieron matar a Jesús a pedradas; pero él se mezcló entre la multitud y salió del templo.
Del mismo modo, Jesús murió fuera de la ciudad de Jerusalén, para que por medio de su sangre, Dios perdonara a su pueblo.