'No den a los perros las cosas que pertenecen a Dios. Tampoco echen lo más valioso a los cerdos. Ninguno de ellos sabe apreciar su valor, y lo que harán será pisotearlas y morderlos a ustedes. Pedir, buscar y llamar
Jesús les dijo:
--Vayan y díganle a esa zorra que hoy y mañana estaré expulsando demonios y curando a los enfermos, y que el tercer día ya habré terminado.
En ese momento el oficial leía el pasaje que dice:
'Se portó como una oveja
que llevan al matadero:
se quedó en silencio.
Se portó como un cordero
al que le cortan la lana:
no dijo nada.
Cuando lo insultaban, jamás contestaba con insultos, y jamás amenazó a quienes lo hicieron sufrir. Más bien, dejó que Dios se encargara de todo y lo cuidara, pues Dios juzga a todos con justicia.