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Referencias Cruzadas

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Lucas 23:34

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Poco después, Jesús dijo: '¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!' Mientras los soldados echaban suertes para saber cuál de ellos se quedaría con la ropa de Jesús,

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26 Referencias Cruzadas  

En ese momento, Jesús se dirigió a Dios y le dijo: '¡Padre, tú gobiernas en el cielo y en la tierra! Te doy gracias porque no mostraste estas cosas a los que conocen mucho y son sabios. En cambio, las mostraste a gente humilde y sencilla.

Y todo, Padre, porque tú así lo has querido'.

Pero ahora yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan.

Eran las nueve de la mañana cuando los soldados romanos clavaron a Jesús en la cruz. Luego hicieron apuestas para ver quién de ellos se quedaría con su ropa. Además, colocaron un letrero para explicar por qué lo habían clavado en la cruz. El letrero decía: 'El Rey de los judíos'. Junto a Jesús clavaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

'Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que tú quieres'.

'Ruego por ellos. No pido por la gente que no me acepta y que sólo piensa en las cosas de este mundo. Más bien pido por los seguidores que me diste y que son tuyos.

Jesús le respondió: --No tendrías ningún poder sobre mí si Dios no te lo hubiera dado. El hombre que me entregó es más culpable de pecado que tú.

pero Pablo le gritó: '¡No te mates! Todos estamos aquí'.

'Israelitas, ni ustedes ni sus líderes se dieron cuenta del mal que estaban haciendo.

Luego cayó de rodillas y gritó con todas sus fuerzas: 'Señor, no los castigues por este pecado que cometen conmigo'. Y con estas palabras en sus labios, murió.

No maldigan a sus perseguidores; más bien, pídanle a Dios que los bendiga.

Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si lo hubieran entendido, no habrían matado en la cruz a nuestro Señor, quien es el dueño de la vida.

Nos cansamos trabajando con nuestras manos. Bendecimos a los que nos insultan. Cuando sufrimos, lo soportamos con paciencia.

Antes yo ofendía a Jesucristo, lo perseguía y lo insultaba. Aun así, él confió en mí. Y es que Dios fue bueno conmigo y me perdonó, pues yo todavía no creía en Cristo ni sabía lo que estaba haciendo.

Si alguien les hace algo malo, no hagan ustedes lo mismo, y si alguien los insulta, no contesten con otro insulto. Al contrario, lo que deben hacer es pedirle a Dios que bendiga a esas personas, pues él los eligió a ustedes para que reciban bendición.




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