Pedro lo negó: --¡Mujer, yo ni siquiera lo conozco!
Pero si ustedes dicen a la gente que no son mis seguidores, yo también le diré a mi Padre que no lo son. Jesús advierte a sus discípulos
Y delante de todos, Pedro le contestó: --Eso no es cierto; ¡no sé de qué me hablas!
Pero si le dicen a la gente que no son mis seguidores, yo les diré a los ángeles de Dios que ustedes no lo son.
En eso, una sirvienta vio a Pedro sentado junto al fuego, se quedó viéndolo bien y dijo: --Este también andaba con Jesús.
Al poco rato, un hombre lo vio y dijo: --¡Tú también eres uno de los seguidores de Jesús! Pedro contestó: --¡No, hombre! ¡No lo soy!
Mientras tanto, Pedro seguía calentándose junto a la fogata, y alguien le preguntó: --¿No eres tú uno de los seguidores de Jesús? --No, no lo soy --insistió Pedro--.
Pedro volvió a decir que no. En ese mismo momento, el gallo cantó. Jesús y Pilato
Por eso, dejen de pecar y vuelvan a obedecer a Dios. Así él olvidará todo lo malo que ustedes han hecho, les dará nuevas fuerzas
Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos confiar siempre en que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.