Judas fue a hablar con los sacerdotes principales y con los capitanes de los guardias que cuidaban el templo, y se puso de acuerdo con ellos para entregarles a Jesús.
Esos falsos maestros desearán tener más y más dinero, y lo ganarán enseñándoles mentiras. Pero Dios ya decidió castigarlos desde hace mucho tiempo, y no se salvarán de ese castigo.
¡Pobre gente! Se portan como Caín. Y por el afán de ganar dinero cometen el mismo error que cometió Balaam. Son tan rebeldes que morirán como murió Coré.