Jesús les respondió:
--Vayan a Jerusalén, y a la entrada de la ciudad verán a un hombre que lleva un jarrón de agua. Síganlo hasta la casa donde entre,
No es la comida que entra por la boca lo que los hace impuros delante de Dios. Lo que los hace impuros son los insultos y malas palabras que salen de su boca.
Pero les digo esto para que, cuando suceda, recuerden que ya se lo había dicho.
'Yo no les dije esto desde un principio porque estaba con ustedes, El trabajo del Espíritu Santo