Algunos de los fariseos y de los saduceos se acercaron a Jesús para ponerle una trampa y le dijeron:
--Queremos que hagas un milagro que pruebe que Dios te ha enviado.
Los enemigos de Jesús querían arrestarlo y entregarlo al gobernador romano. Pero como no tenían de qué acusarlo, enviaron unos espías para que se hicieran pasar por personas buenas y vigilaran en qué momento Jesús decía algo malo.
--Muéstrenme una moneda. ¿De quién es la cara dibujada en la moneda? ¿De quién es el nombre que tiene escrito?
Ellos contestaron:
--Del emperador de Roma.
Jesús se dio cuenta de lo que ellos estaban pensando; entonces llamó al hombre que no podía mover la mano, y le dijo: 'Levántate y párate en medio de todos'.
El hombre se levantó y se paró en el centro.
Porque, para Dios, la sabiduría de este mundo es una tontería. Como dice la Biblia: 'Dios les pone trampas a los sabios, cuando creen que pueden engañarlo con sus muchos conocimientos'.
Ya no seremos como niños, que ahora piensan una cosa y más tarde piensan otra, y que son fácilmente engañados por las falsas enseñanzas de gente astuta que recurre a toda clase de trampas.
Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él, pues Dios puede verlo todo con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho. Jesús es el Jefe de Sacerdotes