Cuando Simeón terminó de hablar, Ana se acercó y comenzó a alabar a Dios, y a hablar acerca del niño Jesús a todos los que esperaban que Dios liberara a Jerusalén.
'Vuelve a tu casa y cuéntales a todos lo que Dios ha hecho por ti'.
El hombre se fue al pueblo y contó todo lo que Jesús había hecho por él. Una niña muerta y una mujer enferma