No piensen que se salvarán sólo por ser descendientes de Abraham porque, si Dios así lo quiere, hasta estas piedras las puede convertir en familiares de Abraham.
Y Dios también castigó a los que vivían en las ciudades de Sodoma y Gomorra: los quemó hasta dejarlos hechos cenizas, para que sirviera de ejemplo de lo que les pasaría a los malvados.