'Pero la gente de aquel país no quería a este príncipe, así que envió a un grupo de personas para que dieran este mensaje al Emperador: 'No queremos que este hombre sea nuestro rey'.
A unos los matarán con espada, y a otros los llevarán prisioneros a otros países. La ciudad de Jerusalén será destruida y conquistada por gente de otro país, hasta que llegue el momento en que también esa gente sea destruida. El regreso del Hijo del hombre