El hombre rico respondió: 'Abraham, querido antepasado, ¡eso no basta! Pero si alguno de los muertos va y habla con ellos, te aseguro que se volverán a Dios'.
'Entonces el rico llamó a Abraham y le dijo: '¡Abraham, antepasado mío, compadécete de mí! Manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y me refresque la lengua. Sufro muchísimo con este fuego'.
Muestren con su conducta que realmente han dejado de pecar. No piensen que sólo por ser descendientes de Abraham van a salvarse. Si Dios así lo quiere, hasta estas piedras las puede convertir en familiares de Abraham.