¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto y vuelto a vivir; como si se hubiera perdido y lo hubiéramos encontrado''.
Luego, vine yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y ustedes dicen que soy un glotón y un borracho; que soy amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma.
Pues si Dios, al rechazar a los judíos, aceptó al resto de la humanidad, ¡cómo será cuando los judíos sean aceptados! ¡Sucederá que los que viven como muertos tendrán vida eterna!
Sabemos que la ley de Moisés tiene valor para los que se someten a ella. Y lo que la ley dice es para que nadie pueda declararse inocente; es para que todo el mundo se reconozca culpable ante Dios.
¡De ninguna manera! Aunque todo el mundo miente, Dios siempre dice la verdad. Así lo dice la Biblia:
'Todos reconocerán,
que siempre dices la verdad.
Por eso ganarás el pleito
cuando te acusen ante los jueces'.