Pero él, muy enojado, le dijo: 'He trabajado para ti desde hace muchos años, y nunca te he desobedecido. Pero a mí jamás me has dado siquiera un cabrito para que haga una fiesta con mis amigos.
¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto y vuelto a vivir; como si se hubiera perdido y lo hubiéramos encontrado''.
'El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos!