Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores'.
Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él.
Entonces regresó a la casa de su padre. 'Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos.
Al ver esto, Pedro se arrodilló delante de Jesús y le dijo: --¡Señor, apártate de mí, porque soy un pecador!
el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco que la gente me llame así, pues le hice mucho daño a la iglesia de Dios.
Por eso, sean humildes y acepten la autoridad de Dios, pues él es poderoso. Cuando llegue el momento oportuno, Dios los tratará como a gente importante.