'Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: 'En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.
La gente fue a ver qué había pasado. Al llegar, vieron sentado a los pies de Jesús al hombre que antes tenía los demonios. El hombre estaba vestido y se comportaba normalmente, y los que estaban allí temblaban de miedo.
Pedro entendió entonces lo que le había pasado, y dijo: 'Sí, es verdad. Dios envió a un ángel para librarme de todo lo malo que Herodes Agripa y los judíos querían hacerme'.
Todos los que oyeron estas palabras se pusieron muy tristes y preocupados. Entonces les preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
--Amigos israelitas, ¿y qué debemos hacer?