'Mientras las cinco muchachas descuidadas fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces, las cinco muchachas responsables entraron con él a la fiesta de bodas y la puerta se cerró.
Oigan bien esto: De todas partes del mundo vendrá gente que confía en Dios como confía este hombre. Ellos participarán de la gran cena que Dios dará en su reino. Se sentarán a la mesa con sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
¡Qué felices serán cuando llegue el dueño a la casa, en la noche, o en la madrugada! Les aseguro que el dueño hará que sus sirvientes se sienten a la mesa, y él mismo les servirá la comida.
El ángel me dijo: 'Escribe esto: Benditos sean todos los que han sido invitados a la cena de bodas del Cordero'.
Y luego añadió: 'Esto lo dice Dios, y él no miente'.