'Luego les diré a los malos: '¡Aléjense de mí! Dios tiene sólo cosas malas para ustedes. Váyanse al fuego que nunca se apaga, al fuego que Dios preparó para el diablo y sus ayudantes.
Cuando Dios cierre la puerta, si ustedes están afuera ya no podrán entrar. Tocarán a la puerta y dirán: '¡Señor, ábrenos!' Pero yo les diré: 'No sé quiénes sean ustedes, ni de dónde vengan'.
Pero ahora conocen a Dios. Mejor dicho, Dios los conoce a ustedes. Por eso no puedo entender por qué se dejan dominar de nuevo por esos dioses falsos. ¡Si no tienen poder, ni valen nada!
Pero podemos estar seguros de lo que hemos creído. Porque lo que Dios nos ha enseñado es como la sólida base de un edificio, en donde está escrito lo siguiente: 'Dios sabe quiénes son suyos', y también dice: 'Que todos los que adoran a Dios dejen de hacer el mal'.