Pero después de pensarlo dijo: 'Ya sé lo que haré. Destruiré mis viejos graneros y mandaré a construir unos mucho más grandes. Allí guardaré lo que he cosechado y todo lo que tengo.
'¡Tengan cuidado! No pasen el tiempo pensando en banquetes y borracheras, ni en las muchas cosas que esta vida les ofrece. Porque el fin del mundo podría sorprenderlos en el momento menos esperado.
En Éfeso luché con hombres que parecían fieras salvajes. Pero si es verdad que los muertos no vuelven a vivir, entonces ¿qué gané con eso? Mejor hagamos lo que algunos dicen: 'Comamos y bebamos, pues mañana moriremos'.
Esa gente va a terminar en el infierno. Vive sólo para comer, y está orgullosa de lo que hace, cuando en realidad deberían sentir vergüenza. Sólo piensa en las cosas malas de este mundo.
Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos.
Ustedes los ricos han vivido con mucho lujo, y se han dado la gran vida en esta tierra. Tanto han engordado que parecen toros y vacas listos para el matadero.
Por mucho tiempo ustedes vivieron haciendo lo mismo que hacen los que no creen en Dios. Tenían vicios y malos deseos, se emborrachaban, participaban en fiestas escandalosas y, lo más terrible de todo, adoraban ídolos.
Ella era muy orgullosa,
y le gustaba vivir con grandes lujos;
¡pues ahora háganla sufrir!
¡dense el lujo de atormentarla!
Porque ella piensa:
'Aquí me tienen,
sentada en mi trono de reina.
No soy viuda, y nunca sufriré'.