'¡Qué mal les va a ir, maestros de la Ley! Ustedes saben muy bien lo que significa conocer a Dios, pero no hacen nada por conocerlo, ni dejan que otros lo hagan.
Los enemigos de Jesús querían arrestarlo y entregarlo al gobernador romano. Pero como no tenían de qué acusarlo, enviaron unos espías para que se hicieran pasar por personas buenas y vigilaran en qué momento Jesús decía algo malo.