Jesús les respondió:
--Ya les dije quién soy, pero ustedes no me lo han creído. Yo hago todo con la autoridad y el poder de mi Padre, y eso demuestra quién soy yo.
Ellos le dijeron:
--¡Nuestro padre es Abraham!
Entonces Jesús les contestó:
--Si en verdad ustedes fueran descendientes de Abraham, harían lo que él hizo.
Todas las personas que hemos mencionado murieron sin recibir las cosas que Dios les había prometido. Pero como ellos confiaban en Dios, las vieron desde lejos y se alegraron, pues sabían que en este mundo ellos eran como extranjeros que estaban de paso.