Dios había enviado a Jesús, y Jesús lo sabía; y también sabía que regresaría para estar con Dios, pues Dios era su Padre y le había dado todo el poder.
¿No crees que yo y el Padre somos uno?
Y a los discípulos les dijo:
--Lo que les he dicho, no lo dije por mi propia cuenta. Yo sólo hago lo que el Padre quiere que haga. Él hace sus propias obras por medio de mí.
--Entonces sí eres rey --replicó Pilato--.
Y Jesús le contestó:
--Si tú lo dices... Yo por mi parte vine al mundo para hablar acerca de la verdad. Y todos los que conocen y dicen la verdad me escuchan.
Jesús les respondió:
--Si en verdad Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo vengo del cielo, donde está Dios. Yo no vine por mi propia cuenta, sino que Dios me envió.
Sé que hablar bien de mí es una locura, pero ustedes me han obligado a hacerlo. Yo soy tan capaz como esos superapóstoles, ¡así que son ustedes los que deberían hablar bien de mí!
Tal vez crean ustedes que estamos pidiéndoles disculpas, pero no es así. Nosotros pertenecemos a Cristo, y Dios es testigo de todo lo que hablamos. Todo lo que hemos hecho, queridos hermanos, lo hicimos para ayudarlos a confiar cada vez más en Cristo.
'Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea:
'¡Yo soy el Amén! Y me llamo así porque enseño la verdad acerca de Dios y nunca miento. Por medio de mí, Dios creó todas las cosas. Escucha bien lo que te voy a decir: