Dios mi Padre me envió, así que nadie puede ser mi seguidor si él no lo quiere. Y yo haré que, cuando llegue el fin, mis seguidores vuelvan a vivir para estar con Dios para siempre.
Lo que ustedes enseñan es tan malo como el veneno de una serpiente. ¡Claro! ¿Cómo van a decir cosas buenas, si ustedes son malos? Porque si alguien es bueno, siempre habla cosas buenas, y si es malo, siempre habla cosas malas.
En uno de los libros de los profetas se dice: 'Dios les enseñará a todos'. Por eso, todos los que escuchan a mi Padre y aprenden de él, vienen y se convierten en mis seguidores.