Por tercera vez le dijo:
--Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Pedro se puso muy triste de que tres veces le había preguntado si lo quería. Entonces le contestó:
--Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
--Cuida de mis ovejas.
El enfermo contestó:
--Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua se remueve. Cada vez que trato de meterme, alguien lo hace primero.
Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él, pues Dios puede verlo todo con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho. Jesús es el Jefe de Sacerdotes
El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.