Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó:
--¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana?
Jesús envió a estos doce discípulos con las siguientes instrucciones:
'No vayan a las regiones donde vive gente que no es judía. Tampoco vayan a los pueblos de la región de Samaria.
En ese momento llegaron los discípulos de Jesús, y se extrañaron de verlo hablando con una mujer. Pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería, o de qué conversaba con ella.
Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y hasta en los lugares más lejanos del mundo. Jesús sube al cielo
y les dijo:
--Ustedes deben saber que a nosotros, los judíos, la ley no nos permite visitar a personas de otra raza ni estar con ellas. Pero Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie.
Envía unos mensajeros a Jope, para que busquen a un hombre llamado Pedro, que está viviendo en casa de un curtidor de pieles llamado Simón. La casa está junto al mar'.