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Referencias Cruzadas

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Juan 4:6

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Eran como las doce del día, y Jesús estaba cansado del viaje. Por eso se sentó a la orilla del pozo,

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12 Referencias Cruzadas  

El cielo se puso oscuro desde el mediodía hasta las tres de la tarde.

Después de ayunar cuarenta días en el desierto, Jesús tuvo hambre.

Todavía estaban navegando cuando se desató una tormenta tan fuerte que las olas entraban a la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.

su primer hijo. Como no encontraron lugar en ningún hotel, los dejaron pasar la noche en una casa, en el lugar donde se cuidan los animales. Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.

Jesús le contestó: --Las zorras tienen sus cuevas y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre, no tengo ni siquiera un sitio donde descansar.

Jesús les respondió: --Cada día, el sol brilla durante doce horas. Si uno camina de día, no tropieza con nada, porque la luz del sol le alumbra el camino.

Hace mucho tiempo nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo. Él, sus hijos y sus rebaños bebían agua de aquí. ¿Acaso es usted más importante que Jacob?

En esa región llegó a un pueblo llamado Sicar. Cerca de allí había un pozo de agua que hacía mucho tiempo había pertenecido a Jacob. Cuando Jacob murió, el nuevo dueño del terreno donde estaba ese pozo fue su hijo José.

mientras los discípulos iban al pueblo a comprar comida. En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo. Jesús le dijo a la mujer: --Dame un poco de agua.

Ustedes saben que nuestro Señor Jesucristo era rico, pero tanto los amó a ustedes que vino al mundo y se hizo pobre, para que con su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

Y para poder ayudarlos tenía que hacerse igual a ellos. Por eso, por hacerse igual a todos nosotros, pudo ser un Jefe de Sacerdotes en quien se puede confiar, lleno de amor para servir a Dios. Además, por medio de su muerte logró que Dios nos perdonara nuestros pecados.

El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.




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