Algunos no trataban bien a Jesús cuando él les hablaba. Por eso Jesús dijo una vez: 'A ningún profeta lo reciben bien en su propio pueblo'.
Después de estar dos días en aquel pueblo de Samaria, Jesús y sus discípulos salieron
así que cuando ella y toda su familia fueron bautizados, nos invitó con mucha insistencia a quedarnos en su casa, y así lo hicimos. Pablo y Silas en la cárcel