Los otros discípulos llegaron a la orilla en la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban como a cien metros de la playa.
Como también tenían unos cuantos pescaditos, Jesús dio gracias y mandó que los repartieran.
Entonces el discípulo favorito de Jesús le dijo a Pedro: '¡Es el Señor!' Cuando Simón Pedro oyó que se trataba del Señor, se puso la ropa que se había quitado para trabajar, y se tiró al agua.
Cuando llegaron a tierra firme, vieron una fogata, con un pescado encima, y pan.