Desde ese momento, Jesús comenzó a decirles a sus discípulos lo que le iba a pasar: 'Tendré que ir a Jerusalén, y los líderes del país, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley me harán sufrir mucho. Allí van a matarme, pero tres días después volveré a vivir'.
y diciéndole: 'Tú dijiste que podías destruir el templo y construirlo de nuevo en tres días. ¡Si tienes tanto poder, sálvate a ti mismo! ¡Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz!'
'Nosotros oímos a Jesús decir que él iba a destruir este templo que nosotros hicimos. Él mismo dijo que en tres días iba a construir otro templo, sin la ayuda de nadie'.
La gente que pasaba por allí insultaba a Jesús y se burlaba de él, haciéndole muecas y diciéndole: '¡Hey! Tú dijiste que podías destruir el templo y construirlo de nuevo en tres días.
Jesús comenzó a anunciar a sus fdiscípulos lo que le iba a pasar:
'Yo, el fHijo del hombre, voy a sufrir mucho. Seré rechazado por los líderes del pueblo, por los fsacerdotes principales y por los fmaestros de la Ley. Me van a matar, pero tres días después volveré a vivir'.
Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él. Pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder.
Dios resucitó a Jesús, y él también hará que los cuerpos muertos de ustedes vuelvan a vivir, si el Espíritu de Dios vive en ustedes. Esto Dios lo hará por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.
Y esta es la buena noticia que anunciamos: que Dios resucitó a Cristo. Entonces, ¿cómo es que algunos de ustedes dicen que los muertos no pueden volver a vivir?
Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonarnos nuestros pecados. Él era bueno e inocente, y sufrió por los pecadores, para que ustedes pudieran ser amigos de Dios. Los que mataron a Cristo destruyeron su cuerpo, pero él resucitó para vivir como espíritu.