Pero Jesús no respondió nada. Entonces el jefe de los sacerdotes le dijo:
--Dinos por Dios, quien vive para siempre, si eres tú el Mesías, el Hijo de Dios.
Muy de mañana, llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Los jefes de los judíos no entraron al palacio porque la ley no les permitía entrar a la casa de un extranjero antes de la cena de la Pascua.
--Entonces sí eres rey --replicó Pilato--.
Y Jesús le contestó:
--Si tú lo dices... Yo por mi parte vine al mundo para hablar acerca de la verdad. Y todos los que conocen y dicen la verdad me escuchan.
Entonces Pilato le dijo:
--¿No me vas a contestar? ¿Acaso no sabes que tengo poder para mandar que te dejen libre, o para que mueras clavado en una cruz?
No tengan miedo de sus enemigos. Si se comportan con valentía, verán cómo ellos serán destruidos y ustedes serán salvados, porque Dios les dará el triunfo.