Esto sucedió porque tenía que cumplirse lo que había escrito el profeta Isaías:
'Dios mío, ¿quién ha creído
en nuestro mensaje?
¿A quién le has mostrado tu poder?'
Dios mi Padre me envió, así que nadie puede ser mi seguidor si él no lo quiere. Y yo haré que, cuando llegue el fin, mis seguidores vuelvan a vivir para estar con Dios para siempre.
Estos hombres no pueden ver a una mujer sin desear tener relaciones sexuales con ella, y nunca se cansan de pecar. Engañan a los que no confían mucho en Cristo, y son muy buenos para conseguir lo que desean. Esta gente será castigada por Dios; ¡de eso no hay duda!