Seis días antes de que se celebrara la fiesta de la Pascua, Jesús fue al pueblo de Betania. Allí vivía Lázaro, el hombre a quien Jesús había resucitado.
Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y se puso a ver cómo estaba todo. Pero como ya era tarde, se fue con sus discípulos al pueblo de Betania. Jesús y la higuera
Una mujer de mala fama que vivía en aquel pueblo supo que Jesús estaba comiendo en casa de Simón. Tomó un frasco de perfume muy fino, y fue a ver a Jesús.
Lázaro y sus hermanas Marta y María vivían en el pueblo de Betania. María fue la que derramó perfume en los pies de Jesús y luego los secó con sus cabellos.
Un día, Lázaro se enfermó
Lázaro salió de la cueva envuelto totalmente en las vendas de lino con que lo habían sepultado. Su cara estaba envuelta con un pañuelo. Por eso Jesús le dijo a los que estaban allí: 'Quítenle todas las vendas, y déjenlo libre'. El plan para matar a Jesús
Como ya faltaba poco tiempo para que se celebrara la fiesta de la Pascua, mucha gente iba desde sus pueblos a la ciudad de Jerusalén a prepararse para la fiesta.
Mucha gente había ido a la ciudad de Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Al día siguiente, cuando algunos escucharon que Jesús iba a llegar a la ciudad,
Muchos de los judíos que vivían en Jerusalén se enteraron de que Jesús estaba en Betania; así que fueron allá, no sólo para verlo sino para ver también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.