Jesús se puso a llorar,
Jesús estaba muy cerca de la ciudad de Jerusalén, y la gente que lo escuchaba creía que el reino de Dios comenzaría de inmediato.
Cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y vio la ciudad, lloró
Cuando Jesús vio que María y los judíos que habían ido con ella lloraban mucho, se sintió muy triste y les tuvo compasión.
Les preguntó: --¿Dónde sepultaron a Lázaro? Ellos le dijeron: --Ven Señor; aquí está.
El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.