Ahora Dios te va a castigar: te quedarás ciego por algún tiempo y no podrás ver la luz del sol'.
En ese mismo instante, Elimas sintió como si una nube oscura le hubiera cubierto los ojos, y andaba como perdido, buscando que alguien le diera la mano para guiarlo. Estaba completamente ciego.
Al instante, algo duro, parecido a las escamas de pescado, cayó de los ojos de Saulo, y este pudo volver a ver. Entonces se puso de pie y fue bautizado.
ni fui a Jerusalén para pedir la opinión de aquellos que ya eran apóstoles. Más bien, me fui inmediatamente a la región de Arabia, y luego regresé a la ciudad de Damasco.