Y todos en la ciudad estaban muy alegres.
Por eso, cuando la gente del pueblo llegó a donde estaba Jesús, le rogó que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días,
Cuando los que no eran judíos oyeron eso, se pusieron muy contentos y decían que el mensaje de Dios era bueno. Y todos los que Dios había elegido para recibir la vida eterna creyeron en él.
Los seguidores de Jesús que quedaron en Antioquía estaban muy alegres, y recibieron todo el poder del Espíritu Santo.
Pero cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, y aunque el oficial ya no volvió a verlo, siguió su viaje muy contento.