Al día siguiente, Moisés vio que dos israelitas se estaban peleando. Trató de calmarlos y les dijo: 'Ustedes son de la misma nación. ¿Por qué se pelean?'
Después de esto, Jesús ordenó a los discípulos: 'Suban a la barca y vayan a la otra orilla del lago. Yo me quedaré aquí para despedir a la gente, y los alcanzaré más tarde'.
Estoy seguro de que Cristo les ha dado a ustedes poder para animar a los demás. El amor que ustedes tienen los lleva a consolar a otros, y sé que todos tienen el mismo Espíritu y son compasivos.