'¿Qué vamos a hacer?', se decían. 'No podemos acusarlos de mentirosos, pues lo que hicieron por ese hombre es realmente un milagro, y todos en Jerusalén lo saben'. Otros decían:
'Ellos le contestaron: '¡Porque nadie nos contrató!' 'El dueño les dijo: 'Vayan a trabajar a mi terreno'.
En ese tiempo estaba encarcelado un bandido muy famoso que se llamaba Jesús Barrabás.
Yo les ayudaré a contestar con inteligencia, y ninguno de sus enemigos podrá contradecirlos ni decir que están equivocados.
Pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque él hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.