Cornelio sintió miedo, pero miró fijamente al ángel y le respondió: '¿Qué desea mi Señor?'
El ángel le dijo:
'Dios ha escuchado tus oraciones, y está contento con todo lo que haces para ayudar a los pobres.
Sin separarse de Pedro ni de Juan, el hombre siguió caminando. La gente corrió asombrada tras ellos hasta otra entrada, conocida como Portón de Salomón, y los rodeó.
Al ver eso, Pedro les dijo:
'Amigos israelitas, ¿qué les sorprende? ¿Por qué nos miran así? ¿Acaso creen que nosotros sanamos a este hombre con nuestro propio poder?