Pero supongamos que el sirviente piensa: 'Mi amo salió de viaje y tardará mucho en volver', y entonces comienza a golpear a los otros sirvientes y sirvientas, y a comer y a beber hasta emborracharse.
'En los últimos tiempos,
les daré de mi Espíritu
a hombres y mujeres.
Y muchachos y muchachas
hablarán en el nombre de Dios.
Los niños tendrán visiones
y los ancianos tendrán sueños.
Por eso ya no importa si alguien es judío o no lo es, o si está circuncidado o no lo está. Tampoco tiene importancia si pertenece a un pueblo muy desarrollado o poco desarrollado, o si es esclavo o libre. Lo que importa es que Cristo lo es todo, y está en todos.