Luego, Dios lo quitó del trono y puso como nuevo rey a David. Acerca de David, Dios dijo: 'Yo quiero mucho a David el hijo de Jesé, pues siempre me obedece en todo'.
'La verdad es que David obedeció todo lo que Dios le ordenó. Pero luego murió y fue enterrado en la tumba de sus antepasados, y su cuerpo se descompuso.
Y Dios, que conoce nuestros pensamientos, ha demostrado que también ama a los que no son judíos, pues les ha dado el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros.