'Pero Dios me dijo: 'Si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas que eso es malo'.
Lo que se come no va a la mente sino al estómago, y después el cuerpo lo expulsa'. Jesús dijo eso para que supieran que ningún alimento es impuro.
Dios le dijo: 'Pedro, si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas tú que son malos'.
y les dijo: --Ustedes deben saber que a nosotros, los judíos, la ley no nos permite visitar a personas de otra raza ni estar con ellas. Pero Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie.
'Esto ocurrió tres veces. Luego Dios retiró el manto y lo devolvió al cielo.
'Yo le respondí: '¡No, Señor, de ninguna manera! Nuestra ley no nos permite comer carne de esos animales. Yo jamás he comido cosas prohibidas'.
Dios no ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros, pues también a ellos les perdonó sus pecados cuando creyeron en Jesús.
Por tanto, podemos comerlos porque Dios así lo ha dicho, y porque nosotros hemos orado por esos alimentos. Instrucciones para Timoteo