Cuando algunos fariseos vieron a toda esa gente, les preguntaron a los discípulos:
--¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con pecadores?
Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley comenzaron a criticar a Jesús, y decían: 'Este hombre es amigo de los pecadores, y hasta come con ellos'.
Muy de mañana, llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Los jefes de los judíos no entraron al palacio porque la ley no les permitía entrar a la casa de un extranjero antes de la cena de la Pascua.
Pedro les dijo:
--Entren en la casa, y pasen aquí la noche.
Al amanecer, Pedro y aquellos hombres se prepararon y salieron hacia la ciudad de Cesarea. Con ellos fueron algunos miembros de la iglesia del puerto de Jope. Pedro habla en la casa de Cornelio
y les dijo:
--Ustedes deben saber que a nosotros, los judíos, la ley no nos permite visitar a personas de otra raza ni estar con ellas. Pero Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie.
Envía unos mensajeros a Jope, para que busquen a un hombre llamado Pedro, que está viviendo en casa de un curtidor de pieles llamado Simón. La casa está junto al mar'.
Habiendo dicho esto, Pedro ordenó que todos fueran bautizados en el nombre de Jesús, el Mesías. Luego, ellos le rogaron a Pedro que se quedara en su casa algunos días más.
Lo que quise decir fue que no deben tener amistad con los que dicen que son cristianos pero hacen esas cosas. Con personas así, ni siquiera deben sentarse a comer.
Pues antes de que llegaran los judíos que Santiago envió, Pedro comía con los cristianos que no son judíos, pero en cuanto llegaron los judíos dejó de hacerlo, porque les tenía miedo.