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Referencias Cruzadas

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Gálatas 6:12

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Los que quieren obligarlos a circuncidarse, sólo desean quedar bien con la gente. No quieren que se les maltrate por anunciar el mensaje de la cruz de Cristo.

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22 Referencias Cruzadas  

'¡Qué mal les va a ir! Aparentan ser gente buena y honrada, pero en realidad son hipócritas y malvados. Son como una tumba pintada de blanco, que por fuera se ve limpia, pero por dentro está llena de huesos y suciedad.

Todo lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son muy obedientes a Dios.

Dios bendice a los que son maltratados por practicar la justicia, pues ellos forman parte de su reino.

'Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas. A ellos les gusta que la gente sepa que están ayunando. Les aseguro que ese será el único premio que ellos recibirán.

'Si uno de ustedes ayuda a los pobres, no se ponga a publicarlo en las sinagogas y en los lugares por donde pasa la gente; eso lo hacen los hipócritas, que quieren que la gente los alabe. Les aseguro que ese es el único premio que recibirán.

'Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa.

Entonces Jesús les dijo: 'Ustedes tratan de aparecer delante de los demás como personas muy honestas, pero Dios los conoce muy bien. Lo que la mayoría de la gente considera de mucho valor, para Dios no vale nada.

Ellos les quitan a las viudas sus casas, y luego hacen oraciones muy largas para que todos piensen que son gente buena. Pero Dios los castigará más duro que a los demás.

Quien habla por su propia cuenta sólo quiere que la gente lo admire. Pero yo sólo deseo que mi Padre, que me envió, reciba el honor que le corresponde; por eso siempre digo la verdad.

Por esos días llegaron a Antioquía algunos hombres de la región de Judea. Ellos les enseñaban a los seguidores de Jesús que debían circuncidarse porque así lo ordenaba la ley de Moisés, y que si no lo hacían, Dios no los salvaría.

Pero algunos fariseos que se habían convertido en seguidores de Jesús, dijeron: 'A los no judíos que han creído en Jesús debemos exigirles que obedezcan la ley de Moisés y se circunciden'.

Jamás llegaré a compararme con los que hablan bien de sí mismos. Compararse con uno mismo es una tontería.

¡Esa conducta iba en contra del verdadero mensaje de la buena noticia! Por eso, hablé con Pedro delante de todos los miembros de la iglesia de Antioquía, y le dije: 'Tú, que eres judío, has estado viviendo como si no lo fueras. ¿Por qué, entonces, quieres obligar a los que no son judíos a vivir como si lo fueran?' La salvación viene sólo por confiar en Jesucristo

Ellos no obligaron a nadie a circuncidarse; ni siquiera a Tito, que no era judío.

Hermanos, si yo anunciara que todos deben circuncidarse, mis enemigos dejarían de perseguirme y el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz no los haría enojar.

Ellos están circuncidados pero no obedecen la ley de Moisés. Lo único que desean es que ustedes se circunciden para luego decir con orgullo que ellos pudieron convencerlos de circuncidarse.

Es cierto que algunos anuncian la buena noticia porque de veras quieren ayudar: aman a Cristo y saben que Dios me ha dado la tarea de defender la buena noticia. En cambio, hay otros que lo hacen sólo por competir conmigo, o porque me envidian.

Nadie busque el bien sólo para sí mismo, sino para todos.

Hay muchos que viven como si la muerte de Cristo en la cruz no sirviera de nada. Eso ya se lo había dicho a ustedes varias veces, pero ahora vuelvo a repetirlo con lágrimas en los ojos.

No se puede negar que son útiles, porque enseñan acerca de la conducta religiosa, la humildad y el dominio del cuerpo. Pero lo cierto es que no ayudan a combatir los malos deseos de nuestra naturaleza humana.




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