Pero Pablo también le habló de que tenía que vivir sin hacer lo malo, que tenía que controlarse para no hacer lo que quisiera, sino sólo lo bueno, y que algún día Dios juzgaría a todos. Entonces Félix se asustó mucho y le dijo: 'Vete ya; cuando tenga tiempo volveré a llamarte'.
Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarles. ¡Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho! Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre.
También sabemos que las leyes no se dan para los que hacen lo bueno, sino para los que hacen lo malo. Son para los rebeldes, los desobedientes, los pecadores y los que no respetan a Dios ni a la religión. También son para los que matan a sus semejantes, y hasta a sus propios padres.
Al contrario, con gusto deben recibir en su casa a quienes los visiten, y hacer siempre lo bueno. Deben pensar bien las cosas antes de hacerlas, y ser justos, santos y disciplinados en todo.
A los ancianos, diles que deben ser responsables, que deben controlar sus deseos y pensar bien lo que van a hacer. También deben confiar en Dios, amar a los demás, y tener siempre paciencia.