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Referencias Cruzadas

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Gálatas 4:19

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Yo los quiero como a hijos, pero mientras no lleguen a ser como Cristo me harán sufrir mucho, como sufre una madre al nacer su hijo.

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28 Referencias Cruzadas  

Jesús sufría mucho, pero oraba con más fuerza que antes. Su sudor caía al suelo como grandes gotas de sangre.

Desde el principio, Dios ya sabía a quiénes iba a elegir, y ya había decidido que fueran semejantes a su Hijo, para que este sea el Hijo mayor.

Ya estoy listo para ir a visitarlos por tercera vez, pero tampoco ahora les pediré que me ayuden con dinero. Me interesan ustedes, no su dinero. Al fin de cuentas, no son los hijos los que deben juntar dinero para los padres, sino los padres los que deben juntar dinero para los hijos. Y ustedes son mis hijos.

Así seremos un grupo muy unido y llegaremos a tener todo lo que nos falta; seremos perfectos, como lo es Cristo, porque conocemos al Hijo de Dios y hemos confiado en él.

Dios sabe que no miento cuando digo que los extraño y los quiero con el tierno amor que Jesucristo me da.

Ustedes confían en Dios y le sirven, y eso es como si le presentaran una ofrenda. Tal vez a mí me maten, y entonces mi muerte será parte de esa ofrenda a Dios. Si esto llega a suceder, seré muy feliz, y quiero compartir esa alegría con ustedes.

Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo:

Él decidió darles a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones, y que es el siguiente: Dios envió a Cristo para que habite en ustedes y les dé la seguridad de que van a compartir el poder y la gloria de Dios.

Yo quiero que sepan que estoy luchando bastante; tanto por ustedes, los de la iglesia en el pueblo de Laodicea, como por los que no me conocen personalmente.

y ahora viven de manera diferente. En realidad, ustedes son personas nuevas, que cada vez se parecen más a Dios su creador, y cada vez lo conocen mejor.

Reciban saludos de Epafras, un servidor de Jesucristo que también pertenece a la iglesia de ustedes. Él siempre ora por ustedes, y pide a Dios que los ayude para que sigan confiando firmemente en Cristo y se mantengan cumpliendo la voluntad de Dios sin cometer ninguna falta.

Como somos apóstoles de Cristo, pudimos haberles exigido que nos ayudaran, pero no lo hicimos. En vez de eso, cuando estuvimos con ustedes los tratamos con mucho cariño, con la ternura de una madre que cuida y cría a sus propios hijos.

Te ruego que recibas bien a Onésimo. Para mí, él es como un hijo, pues yo le anuncié la buena noticia aquí en la cárcel.

Con esta firma, que es de mi puño y letra, me comprometo a pagarte todo. Aunque, francamente, no deberías cobrarme nada, pues todo lo que tienes y eres me lo debes a mí.

Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.

Dios quiso que fuéramos sus hijos. Por eso nos dio una vida nueva por medio de la buena noticia de *salvación.

Yo a ustedes los quiero como a hijos. Por eso les escribo esta carta para que no pequen. Pero si alguno peca, Jesucristo es justo y nos defiende ante Dios Padre.

Hijos míos, les escribo porque Dios les ha perdonado sus pecados por medio de lo que hizo Jesucristo.

Cuidado, hijos míos; no obedezcan a los dioses falsos.

Nada me alegra más que saber que mis hijos obedecen siempre a la verdad que Dios nos ha enseñado.




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