Jesús le dijo:
--No me detengas, pues todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y dile a mis discípulos que voy a reunirme con él, pues también es Padre de ustedes. Él es mi Dios, y también es Dios de ustedes.
Queridos hermanos de la iglesia de Corinto y de la región de Acaya:
Nosotros, Pablo y Timoteo, les enviamos nuestros saludos. Que Dios nuestro Padre, y el Señor Jesucristo, quien me eligió como apóstol, les den su amor y su paz. Dios nos ayuda en las dificultades y sufrimientos
Aunque mi enfermedad les causó muchos problemas, ustedes no me despreciaron ni me rechazaron. Al contrario, me recibieron en sus hogares como si yo fuera un ángel de Dios, ¡o Jesucristo mismo!
Gracias a lo que Cristo hizo, ya no importa si estamos circuncidados o no. Lo que sí importa es que confiamos en Cristo, y que esa confianza nos hace amar a los demás.
Queridos hermanos de Éfeso:
A ustedes, que pertenecen al pueblo especial de Dios, que siguen creyendo en Jesucristo y viven muy unidos a él, les envío mis saludos.
Yo, Pablo, soy apóstol de Jesucristo porque Dios así lo quiso.
Queridos hermanos de la iglesia de Filipos:
Nosotros, Pablo y Timoteo, que somos servidores de Jesucristo, enviamos un saludo a todos ustedes, que pertenecen al pueblo especial de Dios y están unidos a Jesucristo. Saludos también para los líderes y los diáconos.
para que no pequen ni nadie pueda culparlos de nada. En este mundo lleno de gente malvada y pecadora, ustedes, como hijos de Dios, deben alejarse de la maldad y brillar por su buen comportamiento.
Filemón, querido compañero de trabajo: Te escribe Pablo. Como bien sabes estoy preso por servir a Jesucristo. Recibe mis saludos y los del hermano Timoteo.