Yo sé que Dios siempre me protegerá de todo mal y me cuidará, hasta que me lleve a su reino celestial. ¡Él merece que lo alabemos por siempre! Amén. Despedida
Al contrario, dejen que el amor y el conocimiento que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo los ayude a ser cada vez mejores cristianos.
¡Alabemos a Jesucristo ahora y siempre! Amén.
Por eso, alaben a Dios nuestro Salvador y reconozcan su grandeza, poder y autoridad, pues él nos envió a nuestro Señor Jesucristo. Alabémosle por todo esto ahora y siempre. Amén.
Decía con fuerte voz:
'Honren a Dios y alábenlo;
ha llegado el momento
en que él juzgará al mundo.
Adoren al creador
del cielo y la tierra,
del mar y los manantiales'.
diciendo:
'¡Alabemos a nuestro Dios!
¡Así sea!
Admiremos su fama y sabiduría,
su poder y fortaleza.
Demos a nuestro Dios,
gracias y honor por siempre.
¡Así sea!'