Luego vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Un arco iris adornaba su cabeza; su cara brillaba como el sol, y sus piernas eran como dos columnas de fuego.
Entonces un poderoso ángel tomó una roca, grande como piedra de molino, y la arrojó al mar diciendo:
'Babilonia, gran ciudad poderosa,
¡así serás destruida,
y nunca más volverán a verte!
En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro enrollado. Las hojas del libro estaban escritas por ambos lados, y el libro estaba cerrado con siete sellos.
Pero uno de los ancianos me dijo:
'No llores más, pues el heredero del trono de David, a quien se le llama el León de Judá, ha salido vencedor. Por eso sólo él tiene la autoridad de romper los siete sellos y abrir el rollo'.