Apocalipsis 17:3

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Luego, en la visión que me mostró el Espíritu de Dios, el ángel me llevó al desierto. Allí vi a una mujer sentada sobre un monstruo de color rojo. Este monstruo de siete cabezas y diez cuernos tenía escritos por todo el cuerpo nombres que ofendían a Dios.

Referencias Cruzadas

Mateo 27:28

Allí desvistieron a Jesús y le pusieron un manto rojo,

Hechos 8:39

Pero cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, y aunque el oficial ya no volvió a verlo, siguió su viaje muy contento.

2 Tesalonicenses 2:4

Ese hombre está en contra de Dios y de todo lo que está dedicado a Dios. Hasta pondrá su trono en el templo de Dios y afirmará que él mismo es Dios.

Apocalipsis 1:10

Pero un domingo, quedé bajo el poder del Espíritu Santo. Entonces escuché detrás de mí una voz muy fuerte, que sonaba como una trompeta.

Apocalipsis 12:14

Pero Dios le dio a la mujer dos grandes alas de águila para que escapara volando, lejos del dragón, hacia el lugar en el desierto donde la cuidarían durante tres años y medio.

Apocalipsis 12:3

De pronto se vio en el cielo algo también grande y misterioso: apareció un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.

Apocalipsis 12:6

La mujer huyó al desierto, y allí Dios le preparó un lugar para cuidarla durante tres años y medio. Miguel y el dragón

Apocalipsis 17:18

La mujer que has visto representa a la gran ciudad, y su rey domina a todos los reyes del mundo'.

Apocalipsis 17:4

Aquella mujer vestía ropas de color púrpura y rojo. Se había adornado el cuerpo con oro, piedras preciosas y perlas. En su mano derecha tenía una copa de oro llena de vino. Ese vino significa que hizo mucho mal y que adoró a dioses falsos.

Apocalipsis 18:12

cargamentos de oro, plata, joyas y perlas; cargamentos de ropas hechas de lino fino y de seda, de colores púrpura y rojo; toda clase de maderas finas y olorosas, y objetos de marfil, de bronce, de hierro y de mármol;

Apocalipsis 18:16

'¡Ay, qué terrible! ¡Pobrecita de ti, gran ciudad poderosa! Te vestías con ropas de lino fino, con ropas de color púrpura y rojo, y te adornabas con oro, joyas y perlas.

Apocalipsis 21:10

Y en la visión que el Espíritu de Dios me mostró, el ángel me llevó a un cerro grande y alto, y me enseñó la gran ciudad santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, donde está Dios.

Apocalipsis 4:2

En ese mismo instante quedé bajo el poder del Espíritu Santo, y vi un trono en el cielo. Sobre el trono estaba sentado alguien