'Los diez cuernos que has visto son diez reyes que todavía no han comenzado a reinar; pero durante una hora recibirán poder, y junto con el monstruo gobernarán como reyes.
De pronto se vio en el cielo algo también grande y misterioso: apareció un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Entonces vi que salía del mar un monstruo con diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una corona, y en cada cabeza tenía escritos nombres que ofendían a Dios.
Los diez cuernos que has visto, lo mismo que el monstruo, odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene. La dejarán desnuda, se comerán la carne de su cuerpo, y luego la arrojarán al fuego.
Pero por miedo a ser castigados junto con ella, se mantendrán alejados y dirán:
'¡Ay, qué terrible!
¡Pobrecita de ti,
gran ciudad de Babilonia,
gran ciudad poderosa!
¡En un abrir y cerrar de ojos,
Dios decidió castigarte!
¡En un abrir y cerrar de ojos
se acabó tanta riqueza!'
Todos los capitanes de barco, los que viajaban por mar, los marineros y los comerciantes se mantuvieron alejados.
Además, se echaron ceniza en la cabeza para mostrar su tristeza, y entre llantos y lamentos gritaban:
'¡Ay, qué terrible!
¡Pobrecita de ti,
gran ciudad poderosa!
Con tus riquezas se hicieron ricos
todos los comerciantes del mar.
¡Y en un abrir y cerrar de ojos
has quedado destruida!